Las Flores de Bach son esencias vibracionales naturales, que ayudan al Alma a traer la virtud a la Tierra y lo hacen a través de 38 estados emocionales, elevando nuestra vibración y abriéndonos a nuestro Ser Superior, inundándonos así de la virtud curativa particular que el Alma necesita.
Flores de Bach
Los 12
Curadores
Los 12 Curadores
Las doce lecciones del Alma o Doce Tipologías de personalidad, trabajan estados emocionales, para que el consultante aprenda a transformar la oscuridad de su sombra en Luz Espiritual, a través de la virtud de cada una de ellas.
Estos remedios, elevan la vibración y así le permite al consultante aceptar los mandatos del Alma. Le ayudan a buscar dentro de sí el verdadero origen de su dolencia, actuando en la estructura energética del sujeto, elevando su vibración.
Los 7
Ayudantes
Los 7 Ayudantes
“Por fin había encontrado Edward Bach los doce remedios florales buscados para armonizar los doce tipos básicos de personalidad. Al mismo tiempo se dio cuenta que existen casos pertinaces en los que los doce sanadores no logran la curación. Existen personas que se acostumbran a sus dolencias, que adaptan su vida conforme a éstas y las consideran algo inevitable. Otras incluso piensan que su estado de ánimo pesimista o resignado es simplemente la expresión de su carácter innato.
Bach comprendió que estos pacientes necesitaban remedios más fuertes. Estos debían proceder de plantas que se hallan en gran número dominando paisajes enteros o que tienen un desarrollo y riqueza de colorido tan espléndidos que son capaces de despertar y motivar a las almas humanas más insensibles…Bach no creía que el hombre esté condenado a llevar una vida llena de aflicciones y de resignación sino que cada uno tiene una importante misión que cumplir en este mundo y que, cuando ésta se emprende con la ayuda del Yo Superior, hará brotar el auténtico placer de la vida.”
Scheffer M. y Storl W, (1991)
“Flores Que Curan El Alma”
España, Ediciones Urano
Los 19
Restantes
Los 19 Restantes
LAS FUERZAS DEL ARBOL
“Su intensa búsqueda lo llevó esta vez a los árboles. Seguramente fue la construcción de los muebles lo que lo acercó a estos gigantes del mundo vegetal. Era cada vez mayor su sensibilidad a su intensa irradiación y percibía su voz en su interior: poco a poco se convirtió en un verdadero “experto en árboles”. Escuchaba hablar a los árboles, como solían hacer los antiguos sabios del bosque, los druidas, y les sonsacaba sus secretos terapéuticos…Los árboles son mucho más viejos que las delicadas hierbas de flores multicolores. Ya existían antes de la aparición del hombre sobre la tierra. Los árboles viven mucho más tiempo y están rodeados de poderosos campos de fuerza “ódico” (etéreo). Con su impresionante follaje y sus flores polinizadas por el viento, se entregan por completo al gran aliento de la naturaleza. Del mismo modo que sus raíces van penetrando incesantemente en la tierra, su tronco y sus ramas se extienden hacia arriba, como si quisieran tocar el cielo. En su posición vertical se asemejan al hombre. Muchos profetas reconocían en ellos el retrato macrocósmico del microcosmos humano.”
Scheffer M. y Storl W, (1991)
“Flores Que Curan El Alma”
España, Ediciones Urano